Para dejar entrar el aire fresco de la calle y conseguir regenerar la vida política los catalanes debemos hacer lo imposible para ir a votar el día 27. Hay que votar porque el voto, aunque no vale igual para todos, sí vale para el recuento final y necesitamos cambios que nos coloquen con buen pie en el mundo global

Leer en Crónica Global, 23 de septiembre de 2015