Cuando escuché a la señora Forcadell gritando “Viva la República Catalana”, no tuve más remedio que asociarla a una república bananera, en el sentido simbólico más negativo del término, dadas las circunstancias en que esto se plantea.
Declarar que vamos hacia una República Catalana, desde un parlamento elegido en unas elecciones autonómicas, donde más de la mitad de los votantes están representados por partidos que no desean separarse de España es fraudulento
Hoja de ruta hacia la república bananera, publicado en Crónica Global el 5 de noviembre de 2015
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